En este vídeo la Dra. Clara Martín da respuesta a algunas de tus preguntas
La miopía es el defecto visual más extendido entre la población española de menos de 45 años. De hecho, en España, el número de miopes ya supera los 15 millones, o lo que es lo mismo, uno de cada tres españoles la padece.
La miopía consiste en la dificultad para enfocar y ver con nitidez los objetos lejanos y, en la mayoría de los casos, su diagnóstico y corrección no revisten complicación alguna.
La cirugía refractiva láser está indicada para corregir los problemas de refracción (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo) en aquellos pacientes que:
Ser mayor de 18 años.
Tengan una graduación adecuada para la intervención.
Su defecto refractivo haya permanecido estable un mínimo de un año.
Gocen de una buena salud visual, independientemente del problema de visión que les obligue a llevar las gafas o lentes de contacto.
Por lo tanto, el mejor momento para realizarse la cirugía para corregir la miopía es cuando el paciente cumpla estos requisitos y, además, durante la primera consulta y tras revisar las pruebas, el oftalmólogo determine que puede operarse.
Por último, algunas enfermedades sistémicas, metabólicas o inmunológicas también representan una contraindicación porque pueden influir sobre el resultado final de la visión o sobre la cicatrización.
Antes de la operación y durante una primera consulta preoperatoria, el equipo médico debe llevar a cabo una serie de pruebas optométricas y oftalmológicas que dan al cirujano oftalmólogo toda la información necesaria sobre el defecto a eliminar y con las que confirmará que el paciente cumple los requisitos para ser candidato a la operación de miopía.
Estas pruebas permiten un minucioso estudio, no sólo de la graduación del ojo, sino también de la forma y función de la córnea, de tal manera que el tratamiento que finalmente se aplica al paciente es totalmente personalizado.
Estas pruebas son:
La eficacia, seguridad y predictibilidad de la cirugía refractiva para la operación de miopía es muy amplia (probablemente de las más altas de toda la medicina). El objetivo que se busca es que el paciente acabe disfrutando de una visión similar a la que tenía con sus gafas y/o lentillas, pero sin necesidad de utilizar este tipo de correcciones que suelen ocasionar molestias. Los resultados sorprenden a los pacientes, que se muestran encantados con su nueva vista.
La cirugía refractiva para la corrección de la miopía se puede aplicar a través de dos procedimientos. Ambos son igualmente seguros y eficaces y debe ser el doctor el que, después de revisar los resultados del estudio preoperatorio, decida qué técnica es la más adecuada para cada persona tomando como referencia criterios clínicos y personales.
Estos dos procedimientos son:
El procedimiento se puede dividir en tres pasos:
Las principales ventajas de la técnica Lasik son:
Durante la operación con técnicas de superficie (PRK/Lasek) se siguen los siguientes pasos:
Las ventajas de las técnicas de superficie son:
La intervención para la colocación de una lente intraocular sin sustituir a la lente natural del ojo (lentes fáquicas, habitualmente tipo ICL®) se ha convertido en una opción consolidada para la corrección de la miopía en aquellos pacientes que todavía no padecen presbicia (vista cansada) y que, por las características de su ojo, bien por tener una alta graduación, o bien porque su córnea no admite la corrección láser, no pueden ser intervenidos con esta técnica.
Las ventajas del implante de lentes fáquicas son:
Es muy importante que el paciente siga ciertas pautas durante el postoperatorio de la operación de miopía:
En Clínica Baviera nos aseguramos de que los tratamientos son asequibles para todos los pacientes.
En el caso de la cirugía refractiva láser para la corrección de la miopía el presupuesto incluye los siguientes servicios:
1.050€/ojo
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Preguntas frecuentes
Habitualmente, el procedimiento de cirugía refractiva láser, se aplique la técnica que se aplique, no suele durar más de 10-15 minutos.
A continuación, el paciente permanece en reposo en la clínica durante, aproximadamente, 30 minutos durante los cuales el especialista realiza una segunda revisión ocular.
Transcurrido este tiempo, abandona la clínica con una buena capacidad visual, que le permitirá desplazarse a su domicilio por su propio pie.
Si el procedimiento indicado por el médico durante la primera consulta es la cirugía refractiva láser, lo más normal es que los dos ojos se operen el mismo día.
En el caso de que la técnica seleccionada sea el implante de una lente intraocular, se operará un ojo día y pasados unos días se intervendrá el otro ojo.
Una pregunta muy frecuente entre los posibles candidatos a la cirugía es a qué edad se puede operar la miopía.
Para realizarse la cirugía para corregir la miopía el paciente debe ser mayor de 18 años y su graduación debe haberse mantenido estable al menos durante el último año.
Los riesgos asociados a una cirugía para corregir la miopía son mínimos, ya que las técnicas que se aplican son especialmente eficaces y seguras, siempre que la indicación realizada en la primera consulta sea la adecuada y se cumplan los criterios asociados a cada técnica.
Algunas complicaciones pueden ser:
Durante la cirugía, el equipo médico emplea anestesia tópica (gotas) por lo que el paciente no sentirá más que una ligera presión.
Tras la cirugía, se pueden percibir unas ligeras molestias y un poco de sequedad ocular. Para combatir estos síntomas, se suele recomendar el uso de lágrimas artificiales y el uso de algún analgésico por vía oral.
La miopía tiene un importante factor hereditario. En su aparición y evolución también pueden intervenir factores personales.
No existe una edad límite para realizar la intervención que tiene como objetivo corregir la miopía. Debe ser el médico el que valore la técnica más adecuada en cada caso, atendiendo a factores como la edad del paciente o sus problemas visuales, entre otros.
Todo dependerá de la técnica que el oftalmólogo determine que es mejor para corregir este problema refractivo, en función de las características del paciente. El procedimiento más habitual es la cirugía láser. Tras una intervención con Lasik, la recuperación visual es muy rápida, prácticamente en horas y, en la mayoría de los casos, se puede reincorporar a su actividad normal al día siguiente de la operación. El proceso de recuperación es algo más largo en las intervenciones realizadas con la técnica Lasek/PRK.
La posibilidad de que la intervención sea o no viable y la elección de la técnica quirúrgica que se aplicará dependerá de factores como el grosor corneal del paciente, su graduación, su edad...En los casos en los que no sea posible realizar una cirugía láser, el oftalmólogo puede valorar el implante de lentes intraoculares.
E s poco habitual que un niño sea capaz de identificar un problema visual por sí solo. Lo más común es que los niños que padecen miopía manifiesten dificultades en clase debido a que no ven correctamente la pizarra, sobre todo si están sentados en las últimas filas del aula. Ante cualquier síntoma de mala visión, es aconsejable acudir a un médico especializado en +oftalmología pediátrica.
El método de corrección de la miopía más habitual en los niños es el uso de gafas o lentes de contacto (en este caso, en edades en las que los usuarios puedan ser conscientes de las medidas adecuadas para su uso correcto, atendiendo a las recomendaciones del médico especializado en oftalmología pediátrica o del óptico). La cirugía refractiva sólo está indicada en pacientes mayores de 18 años siempre y cuando la graduación se haya mantenido estable al menos durante un año.
Se habla de 'miopía nocturna' en referencia a un tipo de visión borrosa que se produce cuando se miran objetos a larga distancia en situaciones de baja iluminación. En estos casos, existe un desajuste en la acomodación del ojo que, debido a la poca luz, hace que se vean borrosos los objetos lejanos. Igual que sucede en el caso de los pacientes miopes.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la miopía nocturna es algo que se produce de forma común en la mayoría de las personas, sean o no miopes. Además, este problema visual está vinculado a las condiciones y circunstancias de visión y no requiere un tratamiento especial para corregirlo, ya que es una situación temporal consecuencia únicamente de la baja iluminación y no debido a un problema en el sistema visual de la persona.
Como se ha mencionado, la miopía es un problema de visión causado por una forma irregular de la curvatura del globo ocular. En el caso de la presbicia o vista cansada, se trata de un problema que surge con la edad debido a que el cristalino no es capaz de enfocar correctamente. Esto provoca que las personas con presbicia empiecen a ver borroso en las cortas distancias (justo lo contrario que sucede con la miopía).
Esta situación hace que, en el caso de algunos pacientes con miopía y presbicia, un problema pueda compensar al otro durante algún tiempo (especialmente durante las primeras fases de la presbicia). Sin embargo, hay que tener claro que se trata de problemas de visión que no están directamente relacionados entre sí y que, en la mayoría de los casos, esa compensación es solo temporal.
En función de la cantidad de dioptrías que tenga el paciente miope, este defecto refractivo puede causar desde problemas muy leves y controlables a problemas oculares graves que afectan a la retina, a la mácula y al nervio óptico.
La cirugía refractiva, tanto si se realiza con láser como si consiste en el implante de una lente intraocular, corrige la graduación que tiene el paciente en el momento de la intervención. Por lo tanto, esas dioptrías ya no van a volver.
Sí se pueden producir pequeñas modificaciones o cambios en la graduación que sobrevengan a posteriori, los cuales pueden ser corregidos mediante pequeños retoques, en la mayor parte de los casos
Uno de los requisitos para que un paciente sea candidato a la cirugía refractiva es que su problema visual se encuentre estable, es decir, que su graduación no haya sufrido modificaciones relevantes desde hace, al menos, un año.
En la mayor parte de los pacientes la graduación deja de aumentar alrededor de los 18 años, cuando se detiene el crecimiento. Sin embargo, pueden producirse pequeñas variaciones, especialmente en el caso de los pacientes con altas graduaciones, ya que pueden volver a tener alguna dioptría tras la operación en el caso de que el ojo continúe creciendo.
Como se ha mencionado, la miopía es un problema de visión causado por una forma irregular de la curvatura del globo ocular. En el caso de la presbicia o vista cansada, se trata de un problema que surge con la edad debido a que el cristalino no es capaz de enfocar correctamente. Esto provoca que las personas con presbicia empiecen a ver borroso en las cortas distancias (justo lo contrario que sucede con la miopía).
Sí, siempre y cuando los datos obtenidos de las pruebas que se realizan durante la consulta preoperatoria así lo indiquen.
Este contenido ha sido elaborado por el Dr. Fernando Llovet
Oftalmólogo. Co-fundador de Clínica Baviera. Miembro de la Dirección Médica. Cirujano de la Unidad de Cirugía Refractiva, Cataratas y Presbicia.
El Dr. Llovet cuenta con una amplia experiencia en procedimientos de cirugía refractiva láser (Lasik, Lasek y PRK) y cirugía intraocular, incluyendo cataratas e intercambio refractivo de cristalino (con lentes monofocales, multifocales y tóricas). Además, ha publicado más de 50 artículos científicos y dos libros. Ejerce como docente y es vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Cirugía Ocular Implanto-Refractiva (SECOIR).
Ver CV4,8/5